Prevenir enfermedades en el perro

Los objetivos de salud y rendimiento propios de la cría, hacen que el perro carezca de enfermedades específicas. Pero, a pesar de todo, quizá se ponga enfermo. Por este motivo aconsejable adoptar una serie de medidas profilácticas.


Cuando el perro haya pasado ya unos días con usted, llévelo al veterinario para que le realice un reconocimiento. Así, se irá familiarizando con el veterinario sin traumas y sin que exista una mala experiencia de por medio.


Calendario de vacunas-


Para protegerlo de peligrosas enfermedades infecciones, que incluso pueden ser mortales, el perro necesita vacunarse regularmente de por vida. Las vacunas que le pongan, se registran en el carné de vacunación que le proporcionará el criador cuando adquiera el cachorro.

A las ocho semanas el criador pondrá la primera vacuna al cachorro contra el moquillo, hepatitis, leptospirosis y parvovirosis. Una segunda dosis de esta vacuna se le administrará a las doce o catorce semanas, además de la vacuna contra la rabia. Después de cumplir el año de edad, se ha de volver a vacunar al perro contra estas enfermedades. Para poder participar en los concursos de las Asociaciones de perros de trineo, o para viajar al extranjero, ha de cumplir con el calendario de vacunación. Cuando compre su cachorro pida que le entreguen la cartilla de vacunación, donde se Indica el programa de vacunas durante la vida del perro.


Como prevenir enfermedades en el perro

Desparasitación-

Además de las vacunas pertinentes, una desparasitación regular también es importante, Si el perro tiene lombrices, estará debilitado y podrá contraer ciertas enfermedades, Así mismo, algunos tipos de lombrices pueden transmitirse a las personas. En este caso, los niños suelen ser los que mayor peligro de contagio corren.


La mayoría de las veces que los cachorros tienen lombrices intestinales, normalmente las han adquirido en el seno materno.


Por este motivo, el cachorro debe desparasitarse por primera vez a las seis semanas. La segunda desparasitación debe realizarse a las ocho semanas, anticipándose a la primera vacuna. El cachorro se desparasitará luego antes de ponerle la segunda vacuna, para repetir el proceso a los seis y a los nueve meses. El perro adulto debe desparasitarse dos veces al año.
Si hay niños pequeños en la familia algunos veterinarios recomiendan la desparasitación cada tres meses.

El veterinario será quien prescriba los medicamentos más eficaces contra los distintos tipos de lombrices, como las intestinales, o contra la tenia o solitaria. SI no se quiere desparasitar regularmente al perro, puede controlarse mandando examinar las heces periódicamente. Antes de su vacunación, debería desparasitarse siempre al perro. Otros tratamientos adicionales para evitar las lombrices, son incluso necesarios en el caso de que el perro tenga pulgas o si se dedica a cazar ratones a menudo. En este último caso, puede incluso transmitir al ser humano la temible tenia.



La piel y el pelo del perro-


Se denominan ectoparásitos a las pulgas, piojos, mosquitos, ácaros y garrapatas. Son parásitos que viven entre la piel, las orejas, etcétera. Las garrapatas chupan la sangre al perro; se extraen enteras con unas pinzas, o girándolas hacia afuera con los dedos, asegurándose de sacar la cabeza entera.


La infestación por parásitos se advierte por lo mucho que se rasca el perro, y, también, por la aparición de múltiples eccemas en la piel. Los piojos, las pulgas y los mosquitos se aprecian a simple vista, en tanto que los ácaros forman una capa de color marrón rojizo sobre la piel.

A excepción de que sean garrapatas, consulte con el veterinario en caso de una Infestación de ectoparásitos. Para su tratamiento, deben emplearse medicamentos y champús especiales; también, fumigar el entorno con insecticidas. Los cambios de la piel que se acompañan de eccemas, manchas rojas, pérdida de pelo, aparición de vesículas o bojas pueden ser síntomas de infecciones por hongos, sarna, trastornos hormonales o alergias.

La falta de cinc en el organismo, puede provocar la aparición de eccemas en la cara del perro.
En caso de que su perro tenga algunos de estos síntomas, necesita un tratamiento veterinario. Adopte unas medidas higiénicas preventivas en el tratamiento de su perro, pues algunas infecciones por hongos se pueden transmitir al ser humano.



El aparato digestivo-


Diarrea y vómitos: Si su perro tiene diarrea sin que observe deterioro en su estado general, suspenda su alimentación durante un día y dele sólo té natural; al día siguiente, impóngale una dieta de arroz cocido. Una diarrea fuerte que eventualmente curse con moco o sangre, fiebre o vómitos, debe tratarla un veterinario.

También es necesario llevarlo a la consulta si se repite el vómito, sobre todo acompañado de fiebre o estreñimiento; o si el perro sufre un deterioro de su estado general. Incluso hay que tratar sólo el estreñimiento, pues puede ser síntoma de una enfermedad grave.


Problemas agudos con el estómago: Si su perro salive, intenta vomitar y no puede, sufre de disnea o se le hincha la barriga después de comer, puede tener graves problemas con el estómago.

En estos casos, si el perro no se opera inmediatamente puede morir a las pocas horas. Para prevenir estos síntomas, procure no darle al perro grandes cantidades de comida de una sola vez y, después de comer, haga que repose durante una hora antes de corretear.


Los órganos de los sentidos-


El normal funcionamiento de los órganos sensoriales es muy importante para su perro, por eso deben controlarse regularmente.


La nariz: Si se lame los mocos y acompaña el estornudo con un flujo de sangre o pus, el interior de la nariz puede estar lleno de costras de pus. Consulte con el veterinario, pues la mayoría de las veces la causa se debe a un virus.


Los ojos: El enrojecimiento e hinchazón de la conjuntiva, la pesadez y abultamiento de la membrana nictitante y el lagrimeo purulento son síntomas de las enfermedades de los ojos.

Los efectos provocados por cuerpos extraños o bacterias en el ojo, pueden inflamar la córnea y volverla de un aspecto opaco que abarca una gama de tonos que van del humoso al lechoso. En el caso de las enfermedades de los ojos, el diagnóstico y su tratamiento también corresponde al veterinario.


Los oídos: Inclinar la cabeza hacia el lado de la oreje en cuestión, sacudir la cabeza, rascarse la oreja o la evidente sensibilidad del oído enfermo son los síntomas que revelan el padecimiento de una enfermedad de oídos. A menudo suele secretarse una sustancia maloliente; otras, se puede ver en el interior una capa oscura.


Las causas pueden ser diversas, por lo que también en este caso es preciso consultar al veterinario.

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